Dicha suspensión había sido dictaminada por un juzgado de lo contencioso-administrativo tras los recursos interpuestos por la plataforma Salvem el Cabanyal.
Sin embargo, los magistrados del Tribunal Superior consideran que dicho juzgado «comete un error de principio que arrastra toda la resolución y termina acordando la suspensión».
Por tanto, la decisión judicial da vía libre al Consistorio para continuar desarrollando las obras de reforma interior del barrio (y por extensión, los derribos de edificios) siempre fuera de la zona catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC).
Lo que no se toca
Esta zona protegida se encuentra entre la calle Escalante (en su alineación más alejada del mar), las calles Pescadores y Doctor Lluch (en la zona más próxima a la playa) y las calles Amparo Guillem e Islas Columbretes. En este enclave será el Tribunal Supremo el encargado de decidir si se pueden derribar edificios para prolongar la avenida Blasco Ibáñez hasta la fachada marítima.
Por su parte, el concejal de Grandes Proyectos, Alfonso Grau, aseguró ayer que esta sentencia prueba que los derribos «se ajustan a derecho» y pidió a la citada plataforma y a los grupos de la oposición que «respeten la decisión judicial».
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